Cuando Ban Ki-moon era Secretario General de Naciones Unidas1 declaró
“Con un espíritu igualitario, de participación en la adopción de decisiones, y de implicación y compromiso con los objetivos más allá del afán de lucro, las cooperativas están ampliando las oportunidades para las mujeres en las economías locales y las sociedades de todo el mundo”
Unas palabras con las que lanzaba al mundo una realidad, que no es otra que las cooperativas son el modelo empresarial idóneo para la Igualdad de Género, y, esto se ha cumplido desde el inicio de las cooperativas, a mediados del s.XIX.
La primera cooperativa nació de la necesidad de unas familias de acceder a productos básicos a un precio que pudieran pagar; los 28 pioneros de Rochdale, fueron hombres, artesanos que trabajaban en las fábricas de algodón de la localidad de Rochdale, pensaron que uniendo sus recursos y trabajando juntos, podrían acceder a esos productos. Comenzaron a poner en funcionamiento su “cooperativa”; en los inicios ni siquiera los proveedores locales les suministraban productos, dado que consideraban que sus ideas eran, cuando menos, extravagantes: una tienda bajo un modelo en el que todos podían decidir de la misma forma y que los beneficios se repartían para hacer crecer la tienda era difícil de entender. Por ello, tuvieron que salir de su entorno para adquirir la mantequilla, el azúcar, la harina o las velas – los cuatros productos básicos con los que comenzaron- en otros lugares, llegando hasta Rochdale, abriendo una tienda en 1844.
Y unos meses después apareció una mujer que quería pertenecer a la Cooperativa, y, contra toda costumbre de la época, fue aceptada.
Con este acto la naciente cooperativa marcó las bases de un modelo societario que trataba igual a hombres y mujeres; que buscaba el bien de la colectividad antes que el particular; que resolvía las diatribas mediante debate y votación, bajo una regla estricta -cada persona, un voto-
En definitiva, implantaron un modelo de gobernanza democrática, por encima de los convencionalismos de una sociedad, en la que la mujer no tenía derecho al voto, sin acceso a estudios ni a determinados trabajos, y en este ambiente, la Cooperativa la aceptó entre iguales.
Esa mujer fue Eliza Brierley, la primera mujer cooperativista, que formó parte de los Rochdale Pioneers.
Eliza entró como socia, después de aportar su libra, y quedar registrada en el libro de socios, como “miss” y tejedora, y, como socia de la naciente cooperativa, ostentó los mismos derechos que los hombres.
Eliza Brierley está constatada como la primera de otras muchas mujeres que se fueron asociando a la cooperativa, la mayoría de ellas, mujeres anónimas; lo importante, fue, que todas ellas creyeron en la cooperativa, una empresa que las aceptaba en igualdad a los hombres.
En 1883, se constituyó el Women´s Co-operative Guild, en Londres (Reino Unido), que agrupó a las mujeres pertenecientes a las diferentes cooperativas que habían ido surgiendo. El objetivo de esta organización fue el “dar voz a las mujeres” al tiempo que participó activamente en iniciativas con incidencia política en una serie de cuestiones fundamentales como la introducción del salario mínimo, la igualdad salarial o proporcionando servicios sociales a sus integrantes.
El 19 de agosto de 1895 se fundó en Londres (Reino Unido) la Alianza Cooperativa Internacional, con motivo del primer Congreso Cooperativo. Entre los objetivos de la Alianza se estableció el “defender los principios cooperativos”, en número de siete, entre los que el de la IGUALDAD figuró como uno de los siete.
La Alianza Cooperativa Internacional define la Cooperativa como:
“una asociación autónoma de personas unidas voluntariamente para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común a través de una empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática”
Simel Esim de la Organización Internacional del Trabajo ha declarado:
“Las cooperativas tienen una larga historia de contribución a la igualdad, así como al empoderamiento social y económico”2
Así se ha constatado, y a partir de aquel momento el cooperativismo no se quedó en un reducto aislado. El cooperativismo ha crecido tanto en empresas como en personas socias, vinculadas a las mismas, y, en este incremento cuantitativo, las mujeres han tenido un papel destacado, ya que siendo la libertad de adhesión uno de los 7 Principios Cooperativos, la promoción de la igualdad de género se ha constituido como una característica esencial del movimiento cooperativo.
Las cooperativas dotan de autonomía a personas e identidades muy diversas, y pueden aprovechar una gama amplia de ideas y talentos con los cuales solucionar desigualdades sociales y económicas sumamente arraigadas; y, este modus operandi el que constituye una de las bases por las que este modelo empresarial propicia la autonomía de la mujer y genera su eficacia en tanto que organizaciones económicas y sociales.
La democracia en el trabajo lleva implícita la idea de la igualdad. Es decir, la democracia conlleva un mismo derecho a participar para todas las personas implicadas en la decisión a adoptar o en las consecuencias de dicha decisión. Asimismo, la democracia en el trabajo implica reparto de poder y que todas las personas que en ella participan tengan los mismos derechos y obligaciones.
En 1995, justo un siglo después de la creación de la Alianza Cooperativa Internacional y con ocasión de la Cuarta Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre la Mujer, celebrada en Beijing, se marcó un importante punto de inflexión para la agenda mundial de igualdad de género.
La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada de forma unánime por 189 países, constituyó un programa en favor del empoderamiento de la mujer y en su elaboración se tuvo en cuenta como documento clave de política mundial, la igualdad de género. En Beijing se establecieron una serie de objetivos estratégicos y medidas para el progreso de las mujeres y el logro de la igualdad de género en 12 áreas fundamentales.
En ese momento, la Alianza Cooperativa Internacional, haciéndolo coincidir con la Declaración de Beijing 1995 de Naciones Unidas, lanzó su Estrategia para la Promoción de la Igualdad de Género.
Veinte años después, con ocasión de la 59º Sesión de la Comisión de la ONU sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, (CSW o Beijing+20)3 se mantuvo un debate crucial sobre la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, en el que participaron personas de diferentes partes del mundo, analizándose el progreso logrado en las 12 áreas fundamentales de la Declaración de Beijing 1995; concluyéndose que tan sólo, de manera parcial, se habían logrado algunos de los objetivos propuestos; ya que para lograr un verdadero progreso se precisa de un fuerte compromiso de la sociedad para avanzar en una “real” igualdad de género.
En esta línea de avance, la Alianza Cooperativa Internacional continuó con su compromiso de difundir el modelo cooperativo para empoderar a las personas que las forman: hombres y mujeres; y, en ese hacer más visible el trabajo que están desarrollando las mujeres, aportó dos razones por las que las cooperativas deben fomentar la igualdad de género (ACI, 2000).
a) razones morales y éticas basadas en los derechos humanos básicos de hombres y mujeres;
b) la promoción de un crecimiento económico basado en la total utilización de los recursos humanos.
Se debe partir de la idea de que la igualdad de género es favorable para los negocios, y, por lo tanto, añade valor a sus miembros y a la comunidad en la que opera4.
En 2015, Naciones Unidas lanzó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-2030) para dar continuidad a la Agenda del Milenio (ODM).
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible contemplan 17 Objetivos y 169 metas.
Entre los 17 Objetivos hay que señalar el número 5, de Igualdad de Género, cuyo enunciado contempla: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Es innegable que las mujeres han realizado una aportación diferencial al movimiento cooperativo e igualmente las cooperativas han ayudado a mejorar la desfavorable situación de muchas mujeres.
El cooperativismo ha representado una aportación a la situación de las mujeres, principalmente, en estas tres vertientes:
Creación de empleo: las cooperativas han sido consideradas como un instrumento idóneo para la creación de nuevas empresas, así como una vía para sacar de la economía sumergida a sectores que en muchas ocasiones están copados por mujeres (ICA-ACI, 2006; WAGES, 2010). Muchas mujeres han considerado que la creación de una cooperativa les da la oportunidad de ser propietarias y líderes de una empresa, algo que consideran más complicado en las empresas convencionales. Se ha comprobado que las empresas de economía social ayudan a la corrección de desequilibrios del mercado de trabajo (corrección del paro y la inestabilidad del empleo), son más propicias a realizar cambios en los salarios en vez de en el empleo cuando varían las condiciones económicas de su contexto (Craig y Pencavel, 1992) y fomentan la distribución más igualitaria de renta y riqueza, el desarrollo económico endógeno, la autonomía de los territorios, la oferta de servicios de bienestar social, la estabilización económica y el desarrollo sostenible (Ribas, 2005).
Condiciones de trabajo: las cooperativas ayudan a mejorar las condiciones de trabajo de las personas socias. De esta manera, las mujeres tienen posibilidad de aumentar el control sobre su trabajo (Pestoff, 2000), tienen un mejor clima psicosocial (Höckertin y Hörenstam, 2006) y, en muchas ocasiones, favorecen la conciliación de la vida familiar y laboral.
Participación en la gestión: un sistema de gestión participativa puede favorecer el rol de la mujer en la empresa, si se incorporan los puntos de vista, valores, inquietudes y necesidades de la parte femenina a las decisiones adoptadas por unos equipos de dirección fundamentalmente masculinos (COCETA, Dpto. de la Mujer, 2004). Asimismo, se ha comprobado que las fórmulas jurídicas de economía social han servido a las mujeres para acceder y promocionarse a puestos de mayor responsabilidad (Junta de Andalucía y CEPES-Andalucía, 2011).
Hay dos características que definen al movimiento cooperativo como determinante en la consecución de sus logros en materia de igualdad de género:
a) el hecho de que la propiedad y el control de las cooperativas recaiga sobre los socios y las socias y,
b) que se rijan por valores y principios que promueven la democracia, la educación, el interés por la comunidad, etc.
La Alianza Cooperativa Internacional actúa en temas de equidad y género, a través de su Comité de Igualdad de Género , formado por mujeres cooperativistas representantes de los cinco continentes y sectores cooperativos, elegidas democráticamente.
Entre las personas que integran el Comité se encuentra la representante de la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado, COCETA, Malena Riudavets, elegida para el Comité en representación del Cooperativismo de Trabajo y de España.
La Visión del Comité es la de un movimiento cooperativo liderado por mujeres y hombres, y basado en la equidad, la solidaridad, la democracia y el desarrollo. En esta Visión, los valores, habilidades y contribuciones de mujeres y hombres se valoran por igual y la organización del trabajo y las estructuras de toma de decisiones se basan en las necesidades y opiniones de todas las personas.
Entre las actuaciones más relevantes efectuadas por el Comité hay que citar el estudio realizado, realizado en 2015, conjuntamente, por la Organización Internacional del Trabajo y la Alianza Cooperativa Internacional; que ha permitido examinar el papel que las cooperativas desempeñan en el empoderamiento de las mujeres, para, así, alcanzar la igualdad de género.
Al hablar de igualdad de género se habla del goce, en todos los aspectos de la vida, de los mismos derechos humanos, las mismas oportunidades y el mismo trato por parte de las personas de uno y otro sexo. Se parte del principio de que los derechos, las responsabilidades, la situación social y el acceso a los recursos de las personas no deben estar supeditados al hecho de ser varón o ser mujer5.
Y al hablar de la igualdad de género en el mundo del trabajo nos estamos refiriendo a la igualdad de oportunidades y de trato, la igualdad de remuneración y el acceso a entornos de trabajo sanos y seguros, la igualdad ante la sindicación y la negociación colectiva, la igualdad en materia de ascensos profesionales, protección de la maternidad, la armonización del trabajo y la vida privada de que son merecedores tanto los hombres como las mujeres6
El estudio, en el que han participado mujeres cooperativistas de los cinco continentes, así como representantes de asociaciones de cooperativas, representantes del entorno laboral y de los sindicatos, ha representado el primer ejercicio global y multisectorial para la examinar el papel que las cooperativas tienen en disminuir la brecha de género.
Mientras las encuestadas consideran que las cooperativas son mejores que otras empresas cuando se trata de ofrecer oportunidades a las mujeres para el liderazgo, se observa que las empresas cooperativas, en general, no alcanzan su máximo potencial para representar la diversidad y equidad de mujeres en posiciones de liderazgo. Y ello, según la Dra. Lisa Schincariol, la investigadora principal, se produce porque los valores y principios cooperativos, tales como la autodeterminación, la afiliación abierta, voluntaria y sin discriminación y la gobernabilidad democrática, fijan un ideal y estandarte tan alto que las expectativas no se pueden cumplir tan fácilmente. El punto de referencia cooperativo es tan alto que cualquier cosa sin una equidad integral no es suficiente, a pesar del hecho de que las cooperativas tienen mejores resultados que otros modelos empresariales cuando se trata de tener mujeres en posiciones de liderazgo.
El estudio de la ACI y la OIT identifica, asimismo, algunas barreras para alcanzar mayores logros en la equidad de género y el empoderamiento de mujeres, incluso en las empresas cooperativas.
Así, por ejemplo, una regulación legal puede facilitar o impedir el acceso de las mujeres a la propiedad de las empresas, el liderazgo y la autonomía económica. La reglamentación con respecto a la propiedad de la tierra, los títulos de propiedad, las leyes de herencia pueden, con frecuencia, restringir la posibilidad y el acceso de las mujeres a la autonomía económica.
Entre los resultados más destacables hay que citar que un 80% de las personas participantes, dijeron que preferían el modelo cooperativo antes de otras formas de organizaciones como un vehículo para asegurar la igualdad de género. Y más de un 75% de las encuestadas manifestaron que las cooperativas habían mejorado la cantidad y calidad de la participación de las mujeres en los últimos 20 años.
Los resultados del estudio indican un aumento en el número de cooperativas propiedad de las mujeres o con integrantes mujeres. Este aumento ha sido significativo en las cooperativas financieras y sociales en Europa y América del Norte; al tiempo que el número y la calidad de participación de las mujeres en las cooperativas ha resultado, especialmente visible, en los sectores agrícolas, de consumo y manufacturero -telares manuales- en el denominado tercer mundo.
Este estudio ha marcado el comienzo de un compromiso cooperativo para alcanzar la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres.
El estudio constata áreas para continuar la investigación, reafirma las normas éticas de las cooperativas y señala áreas donde se necesita alcanzar un mayor progreso. Ofrece un desafío para la comunidad cooperativa global de reafirmar sus compromisos con la autodeterminación, la equidad y la justicia social. Al tiempo que revela desafíos al empoderamiento de las mujeres.
Los ejemplos del progreso de la mujer en las cooperativas, cómo acceden a mejores condiciones de trabajo, mejor retribución y posibilidad de acceder a puestos de liderazgo en mayor número y calidad, es un hecho totalmente referenciado, al igual que también se ha constatado que, sólo a través de las cooperativas, muchas mujeres pueden acceder a la autonomía y libertad que ni en otros modelos empresariales sería posible ni en otros contextos organizativos y/o asociativos.
Las cooperativas son las empresas en las que más “participan” las mujeres. De los 1.217 millones de cooperativistas que hay en el mundo, más de la mitad son mujeres; también lo son tres de cada cinco personas que hay en una cooperativa.7
A través de las Cooperativas que pertenecen al Comercio Justo, como Ibu Ami, de la cooperativa Koptan Gayo Megah Berseri, que se dedica a la recogida del café, se produce un punto de inflexión en la vida de las mujeres, ya que pertenecer a la cooperativa le permite tener mayor acceso a información, aprender de los procesos y recibir entrenamiento por lo que se sienten empoderadas y dueñas de sus vidas.
O en Argentina, país en el que las crisis económicas han hecho que las cooperativas hayan constituido un atajo para la participación de mujeres en ámbitos tradicionalmente considerados masculinos, así por ejemplo en la construcción, Roxana Jiménez integra una cooperativa de construcción conformada por 10 hombres y seis mujeres, y es además presidenta de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la septentrional provincia de Santiago del Estero, que cuenta con más de 800 asociados.
O en la India, donde los shangams8 con modelo cooperativo, nacieron en respuesta a la vulnerabilidad de nacer mujer en la India. Hay más de 7.486 shangams activos, que tienen más de 103.200 mujeres asociadas, de las que más 6.480 han disfrutado del programa de microcréditos de la Fundación Vicente Ferrer entre 2018 y 2019; otras 1074 están participando de becas para estudios superiores.
O en Ferké (Costa de Marfil), hay que citar a las mujeres que en cooperativa se dedican a la producción de la “manteca del karité”, cooperativas productoras de la grasa vegetal que proporcionan independencia económica a un gran número de mujeres. Después de años, en los que la mujer trabajaba sin obtener lo mínimo necesario para poder vivir, ha sido a través de la ONG Manos Unidas y a través de una cooperativa, como las mujeres están obteniendo un mayor rendimiento a su trabajo. A través de la formación y capacitación necesaria, estas mujeres han puesto en marcha todo un entramado que de las quince primeras mujeres a las más de ochenta actuales, han hecho de Ferké y las localidades cercanas, un enclave de resurgimiento de empleos dignos y empoderando a las mujeres, en medio de un país que aún está resurgiendo de la ruina en la que le sumió la guerra a principios de este siglo.
En los casos citados las mujeres están logrando una mejor calidad de vida, haciendo lo que ya sus ancestros hacían, pero a través de organizar el trabajo, siendo propietarias de la cooperativa.
Se han citado ejemplos de realidades cooperativas de varios continentes, y, se hace preciso mencionar a Europa, porque es en este continente, donde existe un mayor desarrollo de la igualdad de género en el cooperativismo.
Las cooperativas europeas estructuradas en Cooperatives Europe también cuentan con un Comité de Género, siguiendo la estela marcada por la propia Alianza Cooperativa Internacional, ya que hay que citar que Cooperatives Europe es la organización de la Alianza para Europa. En este Comité también participa la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado -COCETA- a través de su representante en el Comité de la Alianza Cooperativa Internacional, Malena Riudavets.
Desde 2018 el Comité ha venido trabajando, estableciendo como puntos clave:
• Recopilación de datos y buenas prácticas.
• Intercambio de conocimientos entre organizaciones cooperativas.
Tener legislaciones ad pro y recabar voluntades políticas no son suficientes para generar cambios que están muy arraigados: por ello se requiere de:
Promoción, lobby, concienciación a nivel nacional y europeo.
Generar un enfoque multisectorial y multilateral para establecer partenariados y alianzas.
Incorporación de la perspectiva de género en todas las políticas y programas.
Cultura, educación, innovación, digitalización y emprendimiento son algunas de las áreas de actuación para trabajar conjuntamente.
Comunicación: sitios web, noticias, informes dentro de las actividades de comunicación y visibilidad de Cooperativas Europe.
Movilizar esfuerzos y fortalezas colectivas (organizaciones estatales+sectoriales +cooperativas)
Esta tarea es la que se desarrolla desde Cooperatives Europe, en la que una gran parte de las mujeres que pertenecen al Comité pertenecen a las Cooperativas de Trabajo, dando respuesta a una realidad no sólo Europea sino también de España, ya que es en las Cooperativas de Trabajo en la que se ha producido mayor aumento de mujeres y empoderamiento de las mismas.
¿Qué ventajas presentan las Cooperativas de Trabajo para promover la Igualdad de Género:
1.- Las Cooperativas de Trabajo, en base a la democracia económica y organizativa, posibilitan que sean las personas que las forman las que las controlen, fundamentado en el Principio “una persona, un voto”, posibilitando que las oportunidades de promoción y acceso a puestos de mando sean las mismas para hombres y mujeres.
2.- Las Cooperativas de Trabajo se basan en las personas y no en el capital, valorando el trabajo aportado bajo el principio de “a igual trabajo, igual salario”, resultando prácticamente inexistente la brecha salarial.
3.- Las Cooperativas de Trabajo ofrecen a las mujeres, sobre todo, a las de las zonas rurales, a las que trabajan en la economía informal y a las que tienen bajos ingresos, importantes oportunidades de empleo, mejores medios de vida y acceso a recursos productivos y a servicios.
4.- Las Cooperativas de Trabajo, por su estructura y mecanismos de participación pueden mejorar situaciones sociales y económicas que, actualmente, desfavorecen a las mujeres.
5.- Las Cooperativas de Trabajo, como empresas, necesitan que las personas que las forman tengan amplios conocimientos no sólo de su puesto de trabajo sino también de la organización y gestión empresarial, por ello, favorecen el acceso a la formación sin discriminación alguna entre hombres y mujeres.
6.- Las Cooperativas de Trabajo por sus valores promueven la “igualdad de oportunidades”, que toda persona cooperativista debe tener en cualquier ámbito, sea este social, cultural o político.
7.- Las Cooperativas de Trabajo permiten conciliar las actividades laborales, familiares y personales en corresponsabilidad de tiempo y esfuerzo, no sólo de igualdad.
8.- Las Cooperativas de Trabajo cuando promueven y realizan políticas de igualdad de género, están desarrollando la Responsabilidad Social Empresarial.
9.- Las Cooperativas de Trabajo junto con los demás modelos cooperativos promueven la construcción de un mundo mejor a través de la igual participación de las mujeres y los hombres.
10.- Las Cooperativas de Trabajo tienen la potencia de la autogestión del uso del tiempo, ofreciendo más posibilidades de transformar la realidad de los hombres y mujeres que las forman.
Así en el último estudio realizado por COCETA9 se ha concluido que la presencia de la Mujer en la Cooperativa conlleva:
Avance en la Democracia Social, a través de la propia democracia económica.
Participación en la Gestión Empresarial lo que redunda en una flexibilidad que se MANIFIESTA tanto en las negociaciones salariales, de horarios, permisos, organización del trabajo, en definitiva, en el “DIÁLOGO SOCIAL”.
Se potencia el liderazgo en la Mujer, empoderándola.
Se fortalece el potencial EMPRENDEDOR de la MUJER.
Se genera Empleo de carácter indefinido.
Desaparece la “brecha salarial”.
Existe “conciliación personal y laboral”.
Al cierre del 2019 en España
49% son las Mujeres en el global de las Cooperativas
50,1% son las MUJERES en las Cooperativas de Trabajo.
En España, 10 un 54% de las mujeres ocupan puestos de dirección y mando, siendo el perfil de la mujer cooperativista de trabajo, el de una universitaria (79% del total), casada, con dos hijos, de entre 35 a 44 años, que se siente bastante conciliada en su vida laboral, familiar y personal, que recibe, como el hombre, el mismo salario por el mismo trabajo y que es defensora de la fórmula de Cooperativa de Trabajo porque favorece su empoderamiento.
El Empoderamiento de las mujeres tiene cinco componentes: el sentimiento de autoestima de las mujeres; el derecho a tener elección y a poder elegir; el derecho a tener acceso a oportunidades y recursos; el derecho a tener el control de sus propias vidas, tanto dentro como fuera de la casa; y su capacidad para influir sobre la dirección del cambio en la sociedad para crear un orden social y económico más justo, nacional e internacionalmente.11
Las cooperativas tienen aún mucho potencial para empoderar a las mujeres, ya que como señaló la que fuera primera presidenta de la ACI, Dame Pauline Green12,
“las mujeres dan poder a las cooperativas y las cooperativas dan poder a las mujeres”
Paloma Arroyo. Directora de COCETA
Notes bibliogràfiques
1 Discurso de Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas, con ocasión del Día Internacional de las Cooperativas, bajo el lema “las empresas cooperativas empoderan a las mujeres”. 03 de julio de 2010.
2 Simel Esim, jefa de la Unidad de Cooperativas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Intervención en la sede Naciones Unidas, Nueva York.10 de marzo de 2016
3 2015 (09 al 20 de marzo). 59º Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Nueva York (USA).
4 Responsabilidad social en las cooperativas: igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Eunate ELIO CEMBORAIN (72462605R) Becaria de investigación. Facultad de Ciencias Empresariales (Mondragón Unibertsitatea)
5 OIT (2008,2ºed) ABC de los derechos de las trabajadoras y la igualdad de género. Pag.78. Ginebra. http//www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/-dgreports/-gender/documents/pulication/wcms_094520.pdf
6 OIT (2008,2ºed) ABC de los derechos de las trabajadoras y la igualdad de género. Pag.78. Ginebra. http//www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/-dgreports/-gender/documents/pulication/wcms_094520.pdf
7 Intervención de María Eugenia Pérez, presidenta del Comité de Género de la ACI. (16-06-2018). https://www.coomeva.com.co/publicaciones/56318/mujeres-cada-vez-mas-visibles-en-el-cooperativismo-mundial/
8 Sangham significa “comunidad” en telugu y es el nombre de las asociaciones de mujeres que impulsamos. Los sanghams constituyen una red de apoyo mutuo donde las mujeres hablan abiertamente de sus problemas y buscan soluciones conjuntamente. Allí las mujeres se unen para acabar con la violencia y los matrimonios precoces y acceden a microcréditos para avanzar hacia la independencia económica.
9 Mujeres Activas en las PyME. Estudio transnacional sobre los acuerdos y las medidas innovadoras para favorecer la participación de la mujer en las Pyme. Proyecto Europeo. LÍNEA PRESUPUESTARIA 04.03.03.01- RELACIONES INDUSTRIALES Y DIÁLOGO SOCIAL. COMISIÓN EUROPEA.
10 LAS MUJERES EN LAS COOPERATIVAS DE TRABAJO. Estudio sobre la realidad social y laboral de las mujeres en las Cooperativas de Trabajo en España. COCETA.2018. MITRAMISS.
11 Mensaje de la Alianza Cooperativa Internacional. 88º Día Internacional de las Cooperativas de la ACI
16º Día Internacional de las Cooperativas de Naciones Unidas. 03 julio 2010.”Las Cooperativas favorecen el empoderamiento de las mujeres”.
12 IX Encuentro de Equidad de Género, Conferencia Regional de ACI-Américas en Guarujá-Brasil. Octubre/2013.
Algues imatges de Paloma en els seus infinits actes en defensa de l cooperativisme i la igualtat de gènere
Des la sectorial d’ensenyament de la UCTAIB volem agrair el patrocini de ARÇ COOPERATIVA i la seva confiança amb aquesta nova etapa de la nostra revista Còdol